Si estamos realizando una reforma ya sea en un domicilio, local comercial o cualquier tipo de dependencias públicas o privadas, debemos ser muy cuidadosos al elegir el tipo de suelo que queremos instalar. El vitropiso es una de las mejores elecciones dependiendo del uso que queramos darle a esa estancia.
A continuación te presentamos qué tipos de vitropiso existen así como cuáles son sus ventajas e inconvenientes con respecto a otro tipo de pisos.
Qué es un Vitropiso: ventajas e inconvenientes
El vitropiso es un tipo de suelo que está formado por baldosas de cerámica. Es uno de los acabados que con más frecuencia se instala en pisos y locales fundamentalmente por las ventajas que veremos a continuación.
Las baldosas de vitropiso se caracterizan por su gran durabilidad y además por su elevado grado de impermeabilidad. Esto hace que pueden limpiarse con agua y cualquier producto limpiador sin temor a que se deterioren sus dibujos.
Estas características los hacen idóneos para locales comerciales que se pueden manchar con frecuencia pero también son muy utilizados en baños y cocinas de prácticamente todo tipo de viviendas.
También son ideales para los solados de las terrazas y patios tanto interiores como exteriores. Su gran resistencia los hace ideales para soportar imperturbablemente las inclemencias del tiempo así como las fuertes oscilaciones de temperatura entre el día y la noche.
Clases de Vitropiso: por el material empleado
Podemos distinguir varios tipos de vitropiso en función del material empleado para su fabricación. De esta manera tenemos los siguientes vitropisos.
- Vitropisos de cerámica: Son los más habituales. Se caracterizan por su impermeabilidad, fácil limpieza y durabilidad.
- Vitropisos de mármol: También son muy duraderos y elegantes. Se limpian igualmente con facilidad pero quizás queden demasiado sobrios para una vivienda y se utilizan más en locales comerciales o edificios
públicos como hospitales, bibliotecas. - Baldosas de pizarra: Son muy resistentes por lo que son ideales para los exteriores. Además aportan mucha elegancia a la estancia aunque son menos indicados para interiores por su rugosidad. Son muy fáciles de instalar y casi no requieren mantenimiento.